La cavitación consiste en un tratamiento en el cual se generan de forma controlada pequeñas burbujas, que acaban con las células grasas sin dañar el sistema sanguíneo. Todo ello a través de un aparato que gracias a la cavitación, se realizan movimientos circulares. De esta forma, logramos que la grasa que se encuentra en determinadas zonas de nuestro cuerpo se transforme a un estado líquido, y así se elimine de nuestro cuerpo a través de las vías urinarias*.

Por otro lado, nuestra piel se reafirma dado que activamos las células que dan lugar a la creación de nuevas que no poseen grasa. Tendremos mayor elasticidad en nuestra piel eliminando la famosa celulitis, los resultados son una remodelación de nuestro cuerpo a la vez que una pérdida de perímetro.

Las sesiones de cavitación son llevadas a cabo por corrientes de electropermeabilización, para trabajar la zona logrando un drenaje, tonificación y reafirmación de la piel. Con otras palabras se aumenta la conductividad eléctrica y la permeabilidad de las células de la piel, toda gracias a un campo eléctrico que se aplica externamente. Tras estos dos pasos se realiza un drenaje para que la grasa que se encuentra en estado líquido, sea expulsada con mayor facilidad.

Cuando vayas a realizar tu tratamiento de cavitación es importante que ingieras al menos 2 litros de agua al día, para ayudar a tu cuerpo a que se desprenda la grasa. El control de una dieta sana y equilibrada, te ayudará a obtener unos mejores resultados y si aplicas alguna actividad de mantenimiento para ejercitar tu cuerpo habrás logrado llevar a cabo las recomendaciones más efectivas para un resultado espectacular. Has de saber que no es un tratamiento doloroso, tan solo sentirás un hormigueo mientras se lleva a cabo.*